domingo, 5 de agosto de 2012

VIAJEROS


                    
                                                              A Lectores y Poetas                 


Tanto poema  descubierto ha nutrido mi camino pero aun así pregunto. ¿Qué cosa son? Dudo al toparme con este vestigio de un lenguaje rúnico. ¿Cómo usarlo? Ya que apenas comprendo los signos que entre sus términos se ocultan. ¿Qué sirven? Los veo como bandejas repletas de platos sombríos, huidizos a la luz que no necesito al masticarlos y empacharme de libertades. ¿A quién son útiles mientras soy eco de su dicción? ¿Dónde vienen? Quizá en trasfusiones de su querubín a mi ángel.  

Quizá estén más cerca de ser instrumentos con los cuales dar        sentido
o utensilios para poder digerir ciertas ofertas que la vida nos propone.
No creo que sean islas donde el lector llega
para disfrutar de la flora y fauna exóticas.
Más bien un puente a vela,
una balsa para atravesar el mar embravecido 
o un catalejo para ver esa ola que se aleja ya dentro del continente,
esa que me alcanzó por descuidado y si la ocasión lo permite
puede prevenir otros maremotos.
O ser un poderoso trampolín


                                               Cada obra es un océano en sí misma y me plantea su universo que al ser afectado con mi esencia, cuando lo interpreto, se expande como luz bajo las olas. Inunda mi cuerpo y me adopta al escurrirme las burbujas.  Este cosmos de siluetas nuevas está familiarizado con otras creaciones del poeta y de múltiples soñadores que han hecho posible su existencia.
Creaturas sutiles penetran los ojos de quienes buceamos en estas oleadas. Y es valiente el que vive enlazando mis ríos en los suyos con la vista reducida hasta el marco de su escafandra. ¿Cuanto más podremos ver si seguimos respirando el aire obtenido en nuestra tierra?     ¿Qué alucinaciones provocamos?       ¿Nos preguntamos siquiera?

En cuanto a las formas del poema, desde sus caídas accidentadas o lacias, ya sea en plenas verticalidades o más ceñidas por las bases. Lo que no se puede descartar es el punto de fuga y sus niveles de profundidad. Los seres que en él conviven y que se comunican con la ética profunda de los genios de Trioska y Ka hacen su versión de la muñeca rusa. A su vez gritan éstas  mientras caen o trepan el vórtice que las contiene.

Si bien algunos poemas tienen inspiración en una buena anécdota y se alimentan de ésta. Al correrse el autor de aquel humor, ya que se empapa de quien sabe que naturalezas hasta que lo transforman (mientras unos leen su mensaje por primera vez) es él quién ha de reverlo y es así como suma otro punto de vista.
Una nueva refracción se expresa sobre la superficie que enfrenta en su obra. Descubre que ha dejado de ser un satélite suyo. Ganó su lugar de Ser autónomo produciéndose el dialogo entre ellos, pues más que un mero texto es una antigua versión de sí.

Por esto estoy seguro
de que al avanzar
en algún sentido de la vida
recogemos peras del olmo que sembramos.
Como huella nómade
vaga bifurcada la guía que se ha gestado
de esa semilla olvidada
en un terreno que porfiábamos nuestro