miércoles, 16 de enero de 2013

ÉL “BICICLETA PROTÉTICA”



Para Marisa y esta lluvia granizada que me maravilla

“…Yo
- éste ángel mutilado, erróneo -
que arrastra su ala rota en los pantanos,
que camina lentamente
sobre brasas encendidas, sin notarlo
expiando
quién sabe qué pecado…”
                                                                            Marisa Wagner


Él
-que es un hombre inconcluso-
que siempre lo veo notando valores
en la calle.
Es quien se echa a andar
con su bicicleta protética,
esa que nunca pidió, la que media
el contacto con su verdad
y es ella la que se hunde en los baches mientras rueda marginal
y es con ella que atraviesa
de barriales a los mismos asfaltados.



 Él
-que es un hombre rompecabezas-
que revuelve los contenedores separando
     la basura de sus partes
que no nacieron con él
 pero que las busca
desde que se entendió
incompleto.
¿Podría seguir sin completar
sus engranajes
   temiendo el día que vuelvan
 a funcionar como granadas?
Y esas cadenas que antes lo impulsaron y ahora lo impiden
cada vez que recurre a sus eslabones faltántes…
Solo puede buscar hasta completarse
o morir siendo la muerte
creerse completo.

Él
-¿Será visto por otros espectadores
como yo en su vagar?-
Tal vez los ángulos rectos de la ciudad los vea en falsa escuadra
por su naturaleza librepensadora
o simplemente en su vocación de mantener un equilibrio
sopesa todo lo que le venden envuelto en adornos.
Tal vez no sepa que afanes lo mueven
o que sendas recorre
siendo su porfiada opción ser mensajero de su vehemencia.
Lo vi adorar El Sol
–quizá sus rayos sostengan la motilidad
de esas ruedas cristalinas que penden frente a sus ojos
o los pedales que no cesan de engrasar su entrecejo
se nutran en fotosíntesis, no sé-.
Lo conocí la vez que seguí unas huellas zigzagueantes
mientras revisaba 
mi comportamiento.


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